Confío en
la brisa que juguetona y descalza se contornea a través de las rendijas del
mar, siento en el corazón remolino de extrañas emociones al verla venir hacia
acá. No preguntés, corriendo voy por si acaso el frío amenaza al congelar el silencio donde desembocás al final de cada noche.
Acercate
un poco más, sólo un tanto más.
A veces
me atrapás sin saber a dónde ir, sólo quiero llevarte en un rincón de aquel
árbol que guardo en el jardín donde jugábamos a ser sin fin, descubiertos a
fuego lento, soñando ser tierra y viento.
Cuánto cuento,
cuánto cuento.
Podrás traer
arena de otra playa, pero la ola siempre revienta aquí, tan cerca de mí. No dudés, para una buena armonía hace falta un poco de diversión. Y yo también
me divierto. Advierto, siempre queda mañana. Vuelvo al vuelo, mi dulce amor también
va corriendo.
Juego,
sueño, tanto invento.
Qué prisa
llevás, dejame estar de frente al mar. Contarle del deseo que guardo, del
secreto que da soporte a mis pies. Equilibrio al sonreír, abrí la boca, mové
los pies, decíme cuánto me querés. Que esa fotografía no se tome para evitar que el flash me desaparezca. Canta, bailá, decíme qué se
siente actuar…
Corriendo
amor, va corriendo.
El cuento
al aire sos vos, soy yo al pensar que hay una felicidad por compartir y querer
meter las manos, revolver los versos, mezclar el vino con los malos días y a
calzón quitao brindar por un amor.