Cuando entré la conocí…por supuesto, a su amante. Lo desnudaba cada noche con sus manos, lo besaba cada día con sus labios. Mientras estaba yo aquí sin opinión, sin defensa más que una razón, preguntando al cielo qué había de malo en esperar que volviera, qué había de malo en tomar su risa como timón.
Por su sombra, su vida, sus encantos, su nombre es tan común que la imagino. Se reparte por el mundo sin reparo. Sin embargo, él la prefirió a ella, su voz, me cambió por su sillón. Sintió llenar su alma a ratos de su frío, de su qué sé yo.
Interfirió en mis canciones, quebró el jardín que estaba tejiendo con mis manos, fue un tercero el motivo de su conclusión. Esa mujer, acompañada por largas y vacías tristezas, pudo más que la certeza. La de los dos.
Cómo no dar "tiempo de luto", cómo no empañar mi habitación, mientras él está con ella, yo río y giro sin control, me lanzo a una aventura que terminó.
La dejó entrar sin permiso y Ella lo extravió…
De ella se llenó...Abulia tomó su corazón.
(Pensado no sólo en tema de amor, sino en todo. Desde metas personales que dejamos de lado, que se cambian por ella, por Abulia.. hasta vínculos con personas, cualquier cuestión)